De pequeño, recuerdo que en todas las películas americanas que veía en las que salían niños, éstos tenían una casa de madera en uno de los árboles del jardín. Yo, como alma inocente y cándida que era, fantaseaba con el hecho de tener mi propia casa en un árbol y lo guay que sería poder reunirme con mis amigos en ella. Sin embargo, ese sueño nunca fue cumplido pero tampoco supuso una frustración para mí ni me creó ningún tipo de trauma. Al contrario que al poseedor de esta mansión (porque no puedo definirla de otra forma), que el no tener su propia casa en un árbol de pequeño le llevó a tal nivel de frustración que cuando se ha visto con dinero ha creado un inmenso MONSTRUO. Simplemente brutal.
Pobre árbol, se lo ha comido la casa.
ResponderEliminarEse keli lo ha tenido que montar el nota encima del árbol de la vida y el árbol de la ciencia juntos.
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