El establecimiento estaba bastante surtido aunque tras una primera buena impresión al ver el mundo de posibilidades que tenía ante mí me llevé una desagradable sorpresa:

¿Qué coño se supone que es ésto? ¿Realmente piensan hacer una chuchería atractiva poniéndole el nombre 'cojones de camello'?
Si os digo la verdad, tuve una gran tentación por comprar uno de estos chicles pero el asco superó a la curiosidad. Y al pensar en el relleno que llevaría eso... ¡puag!
Al final salimos de allí con varias bolsas de pipas haciendo comentarios sobre estos curiosos chicles y aquí fue cuando mi amigo Jesús me dijo: 'Tío, tendríamos que haberle hecho una foto a los cojones de camello y haberla puesto en tu blog'. Y bueno, no le hicimos ninguna foto, pero para eso está Google que menos las fotos de los yogures de Casper encuentras cualquier cosa.
Genitales de camello... que ilusión.
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