Resulta de lo más irónico ver al gobernador haciéndose el jefe del nuevo campamento a base de extorsiones y asesinatos mientras una banda sonora que irradia felicidad ambienta la escena. La verdad es que a este hombre, aunque no para los personajes de la serie, se le ve venir desde lejos y era cuestión de tiempo que el tío tomara el poder en el nuevo campamento.
En mi opinión, este proceso de toma de poder debería haber ocurrido más lentamente, dando lugar a que se muestren más detalles, y este es uno de los fallos principales que le veo a The Walking Dead: la descompensación del ritmo en según qué escenas. De la misma forma, la parte de la temporada pasada en la que Rick y el gobernador intentan negociar creo que se extendió demasiado. Pero oye, también tengo que decir que esta temporada me está pareciendo mucho más entretenida. A ver qué final le dan a la mid season esta noche.
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