Muchos de los que ya rondamos la treintena, y que llevamos dándole a los videojuegos desde pequeños, tenemos un lugar reservado en nuestr...

El guiño que 'Monkey Island' se hizo así mismo a lo largo de sus tres primeras entregas


Muchos de los que ya rondamos la treintena, y que llevamos dándole a los videojuegos desde pequeños, tenemos un lugar reservado en nuestro corazón para esa obra maestra que fue Monkey Island. ¿Qué podemos decir de este clásico atemporal? Seguramente, nada nuevo, pero hoy nos gustaría recordar un hecho que empezó como una broma para los fans en la primera entrega y que acabó convirtiéndose en un "metaguiño" en la tercera entrega, de la que ya no formaría parte su creador original, Ron Gilbert.

Todo empieza en The Secret of Monkey Island, cuando llevamos a Guybrush por un bosque y en este encontramos un tronco hueco. Si intentamos mirar a través de él nos sale el mensaje que véis en la captura del juego: "Inserta disco 22 y pulsa botón para continuar". Evidentemente, y aunque esto pueda ser una autorreferencia la gran extensión del juego, no existe ningún disco 22 (la versión original del primer Monkey Island salió a la venta en tres diskettes) pero en la época, muchos de los jugadores que se encontraron con este mensaje no dudaron en llamar a Lucas Arts (por aquel entonces LucasFilm Games) argumentando que en el juego que ellos habían comprado faltaba dicho disco 22. La compañía haría un guiño a estos fans que llamaron preocupados en la siguiente entrega del juego.

En Monkey Island 2: LeChuck's Revenge, Guybrush se da de bruces con una "cabina telefónica" en medio de la jungla. Si optamos por usarla, nuestro pirata marcará un número automáticamente y nos pondrá en contacto con un agente de soporte de LucasFilm Games, en clara referencia a lo que comentábamos antes. Entre las opciones que nos ofrecen las líneas de diálogo tenemos de todo: desde preguntas sobre cómo seguir adelante en el juego hasta otras sin sentido como ¿De dónde vienen los niños? Sin embargo, la que aquí nos interesa es la que podéis leer en la segunda línea de diálogo: Who thought up that dumb stump joke? que en español sería algo como:  ¿A quién se le ocurrió esa estúpida broma del tronco hueco? 

Es decir, que los jugadores pueden usar a Guybrush para "llamar" a la propia compañía y quejarse de que les tomaran el pelo. Creo que en la historia de los videojuegos ha habido pocos ejemplos tan geniales de metaficción.

La cosa no acabaría ahí y es que LucasArts (ahora ya sí) debía a los fans el mostrarles qué se encontraba al otro lado de ese tronco hueco. Y así lo hicieron. En The Curse of Monkey Island, la tercera entrega, Guybrush tiene, una vez más, la oportunidad de meter la cabeza por un agujero. Al hacerlo, para sorpresa de dichos fans, su cabeza aparece por el tronco hueco del primer juego y la escena adopta los gráficos de este, haciendo las veces de un portal interdimensional entre los dos títulos de la saga.

Detalles como este son los que hacen de una saga como Monkey Island, que ya es grande de por sí, una auténtica obra maestra atemporal que no debería perderse cualquiera que tenga un mínimo aprecio por esto de los videojuegos.

Fuentes
Podcast Tu No Has Tenido Infancia - Programa #28 - Monkey Island 
ion litio - The Secret of Monkey Island

1 comentario:

  1. Que grande, cuando lo jugué de pequeño no interconecté todas estas referencias. En ese momento mi inglés era el de niño de primaria chuchurrío, así que se me pasaron un montonazo de cosas.

    Un auto-cameo excelente, no esperaba menos del viejo LucasArts.

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