Porquerías que nos fascinaron: Los yogures de Casper

Corría el año 1995, entre los niños la fiebre por 'El Rey León' estaba aún bastante reciente y un actor como Bill Pullman (ahora relegado a papeles menores y películas de bajo presupuesto) estaba a punto de co-protagonizar la película prevía al que fue el papel de su carrera. Sí, el de presidente de los Estados Unidos que salva a TODA LA HUMANIDAD en 'Independece Day'.


Pero, lejos de desviarnos del tema, centrémonos en su papel anterior; el de padre de la niña interpretada por Christina Ricci (¿alguien sabe algo de ella?) en esa mezcla de humor y miedo que enamoró a niños pero que aburrió a mayores que fue 'Casper'.

'Casper' supuso un fenómeno bastante grande entre los niños de la época (que conste que ésto lo sé por experiencia propia, no porque lo haya leído en ningún sitio) y es que todos soñamos gracias a esta película en ser un fantasma, poder atravesar paredes y todo lo que eso conlleva. Lo que no esperábamos era presenciar una de las campañas de marketing más originales que se han visto en este planeta, y esa no era otra que la salida al mercado de unos yogures con sabores impensables que llevaban la cara del fantasma de moda en el envase.

Los yogures podían gustarte más o menos pero lo que era seguro es que no te dejaban indiferente. Y es que nunca antes habíamos visto yogures de leche merengada, cereza, coca-cola o chicle (la estrella de estos desternillantes sabores). Desde luego, los sabores iban muy en consonancia con la película y los niños se aferraron a sus madres rogándoles en tromba que les compraran estas porquerías de tan alto calibre. Lo que se tradujo en un éxito rotundo por parte Danone, fabricante de estos engendros, al haberse hecho con los derechos de la película para comercializar esta bizarra línea de yogures.

Este éxito fue inicial, y digo inicial porque en relativamente poquísimo tiempo desaparecieron del mapa como si jamás hubieran existido (como le pasó a la Cherry Coke o los chicles Boomer de natillas) por lo que esta repentina desaparición me lleva a elaborar las siguientes 3 teorías:

- Que tras lanzarse en tromba a comprar los yogures a los niños aquella aberración de sabores les supo a rayos y no volvieron a pedirles a sus madres que los compraran.

- Que se demostrara que los yogures eran perjudiciales para la salud debido a la cantidad de componentes químicos que contenían y las autoridades sanitarias ordenaran su retirada inmediata.

- Que todo fuera una estrategia bien pensada y la permanencia de los yogures en el mercado ya tuviera fecha de retirada antes de su puesta en marcha (cosa que dudo porque si algo funciona ya sabemos que lo exprimen al máximo).

Sea lo que sea esos yogures salieron de nuestras vidas (para bien o para mal) y hoy mucha gente los recuerda con añoranza y piden que los vuelvan a comercializar. En este artículo no he puesto que mé parecían los yogures en cuanto a sabor porque no recuerdo bien cómo sabían, de hecho no recuerdo si llegué a probarlos alguna vez. Lo que sí recuerdo es que eran amados y odiados a partes iguales hasta que un día dejaron de ser noticia y se fueron para siempre.

Y para terminar me gustaría saber que opináis de todo ésto. ¿Os gustaban?, ¿los odiabáis? ¿o pensáis que he malgastado tanto vuestro tiempo como el mío en hablar de unos putos yogures que no os importan una mierda? Todo tipo de reacciones y observaciones serán bienvenidas en los comentarios.