El resultado digamos que no es demasiado ortodoxo, pero es lo que tienen los chiptunes: o los amas (en el 90 por ciento de los casos porque viviste su época) o los odias. El caso es que la idea tuvo más éxito del esperado y ahí tenéis al colega dando conciertos por Japón.
Lo realmente guapo del tema sería que este tío se uniera con otros músicos y sacaran temazos como los de Anamanaguchi, que mezclan los chiptunes de una forma que podríamos considerar "exquisita". Y si no echadle un ojo a la banda sonora del videojuego 'Scott Pilgrim contra el mundo'.
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